lunes, junio 30, 2008

DIGRESIÓN: ¿Puede República Dominicana Convertirse en la “Irlanda del Caribe”?

Presentamos algunos de los argumentos que avalan la utilización del Milagro Irlandés como base para nuestra discusión. Irlanda, previo a su "Milagro Económico" de la década de los 90, no distaba mucho de nuestra situación actual en cuanto a deuda externa, desempleo, y fracasos acumulados en varias versiones del Modelo Económico.


 

El Decálogo del Éxito de Jhon Bruton

Estaremos utilizando el Modelo Irlandés y lo que el ministro responsable del reconocido "Milagro Económico" ha llamado el "Decálogo del Éxito". El estadista clave de este desarrollo parece ser John Bruton (59), hoy embajador de la Unión Europea en EE UU. Bruton Integró el gabinete desde 1982. Entre 1994 y 1997 fue primer ministro de Irlanda.

Irlanda, con sus 4.2 millones de habitantes y una extensión que ronda los 70,000 Km2, tiene hoy día un PIB nomina de unos 196,000 millones de USD (164,000 utilizando PPA). Los Celtas denominaron la población irlandesa como Éire, por lo que la isla comenzó a llamarse Éireland que, finalmente, derivó en Irlanda. El PIB per Cápita es de US$ 52,440 (44,087 medido PPA).

En Irlanda se han establecido compañías multinacionales tales como Intel, Microsoft, Oracle, Lotus, Dell, Pfizer, IBM y otras. Irlanda es uno de los mayores destinos de los flujos de IED mundiales. El ambiente de negocios, su afinidad a lengua inglesa, su población calificada y su estabilidad macro económica, aunadas estas virtudes a un sólido sistema judicial, heredado de la ocupación de Gran Bretaña, son todos factores que contribuyen.

Irlanda pasó de un panorama tétrico protagonizado por una deuda en 120% del PIB, una recesión económica, desacuerdos sociales y una tasa de desempleo de un 17% en los 80s, a una floreciente economía en sólo 12 años. Todo parece indicar que las medidas que iniciaron el vuelco de la economía tienen que ver con lo que su primer ministro de la época llama el Decálogo del Éxito. Una formula inferida de la experiencia del gran estadista.

Jhon Bruton ha dado la vuelta al mundo explicando su fórmula de transformación. En ClusterNet, encontramos que la "formula" a que se refiere el sr. Bruton, no es más que el establecimiento de un RoadMap de Desarrollo (mapa de actividades en grueso) establecido de consenso con todos los actores sociales, bajo cierto manto de virtudes "intangibles" que englobamos, para resumir, en el concepto de Capital Social.

Es preciso aclarar que el consenso sólo es posible cuando existen ciertos stocks de Capital Social. En Irlanda, los sucesivos fracasos de modelos económicos, que venían aplicándose desde 1930, llevaron a la sensibilización de todos los agentes económicos y cimentaron las "bases" para un nuevo contrato social tripartito: Estado, Partidos y Empresas.

El Consenso de los partidos en marcar UNA ÚNICA DIRECCIÓN para el desarrollo de la economía, indica que, para la fecha específica, los Stocks de Capital Social de Irlanda habían alcanzado un nivel crítico.

En ClusterNet nos preguntamos: ¿Y es que los dominicanos no nos cansamos del fracaso de los distintos modelos?

Jhon Bruton ha recorrido el planeta y nadie pone en duda el acierto de la fórmula aplicada a mediados de los '80 y de la cual John Bruton (59) fue actor presencial. Ha sido invitado por varios países latinoamericanos, como Chile y Costa Rica, que quieren profundizar las reformas en aras de apropiarse una senda correcta de desarrollo.

El hoy embajador de la Unión Europea, en Estados Unidos integró el gabinete gubernamental desde 1982. Entre 1994 y 1997 fue primer ministro. Sindicado como el artífice de este fenómeno económico que tuvo su auge a mediados de los '90,


 

Jhon Bruton revela el decálogo del éxito de Irlanda (Extracto de una Entrevista en su visita a Chile):

La crisis detona el cambio

"El éxito de nuestro país tiene su origen, paradójicamente, en el largo período de fracasos que experimentamos en el intento por levantar la economía de Irlanda, principalmente entre 1930 y 1960. El primer gran error fue en la década de los '30. En esos años las políticas tendían al proteccionismo, con impuestos sobre las importaciones, lo que desalentó la llegada de inversionistas extranjeros. Si bien esto se corrigió a mediados de los '50, en 1970 nuestra economía volvió a tener una partida en falso al tratar de impulsar su desarrollo artificialmente por la vía de créditos al Estado. Esto provocó una inmanejable alza de la deuda que -a mediados de los '80- llegó a representar más del 100% del PIB. Todos estos errores nos obligaron a cambiar de modelo".

Ordenando la casa

"Durante mi primer paso como ministro de Finanzas (1981-1982) el país estaba en una situación complicada, casi al borde de la bancarrota. Pedimos ayuda al FMI para evitar caer en default. Fue necesario aplicar medidas duras, como un aumento en la tasa de impuestos y un mayor control para evitar la evasión tributaria. Sin embargo, no fue suficiente. Luego de comprobar que el aumento de los impuestos no daba los resultados esperados, a fines de 1980 se optó por hacer todo lo contrario: contraer drásticamente el gasto fiscal. Fue el mayor ajuste desde la década de los 50. Fue así como gracias a los recortes fiscales en agricultura (18%), transporte y vivienda (11%) y el presupuesto militar (7%), entre otros ítems, se logró llegar, a fines de los 80, con una disminución del gasto del 3% y del 16% en bienes de capital. A esto se sumó el cierre de las oficinas estatales de Educación Sanitaria, Ambientalista, el Consejo Nacional de Servicios Sociales y la Organización de Desarrollo Regional. Paralelo a ello se redujo el empleo en el sector público (unos 10 mil puestos de trabajo) a través del incentivo de jubilación anticipada".      

Política de impuestos

"Un primer paso para atraer capitales extranjeros lo dimos cuando abrimos la economía para la inversión extranjera en agricultura (1956), área que fue por muchos años el motor de la economía. El objetivo fue que las ganancias volvieran a casa. Para impulsar esta medida introdujimos una política de impuestos específicos que eximía del pago a las ganancias provenientes de las exportaciones. El desarrollo en este sector se dio bastante lento y algunas de las empresas que entraron por esta vía fracasaron. Similar final tuvieron otras compañías de capitales nacionales que se enfocaron en este sector, por lo que tuvimos que comenzar a mirar hacia otros rubros que nos podían otorgar oportunidades. Un gancho esencial para el cambio de giro ha sido la política de impuestos a favor de la inversión extranjera directa que se compone de un 10% para el sector manufacturero y comercio y 12,5% para todas las compañías. Esta última es la más baja de Europa, que en promedio está en 30%".

Detectando oportunidades

"Es un error pensar que en el caso irlandés elegimos determinados sectores para cimentar el desarrollo: las tecnologías de la información, los servicios financieros o los farmacéuticos. No fuimos un grupo de genios que se sentaron en 1965 en una oficina en Dublín y que producto de la inspiración sentenciaron: 'La tecnología será la gran industria en 1990'. Al margen de que con el tiempo se confirmó que esos rubros eran las áreas que necesitábamos para el despegue, lo que hicimos en los '80 fue enviar al extranjero a un grupo de analistas -principalmente entre Nueva York y Chicago, mercados en los que varias de las compañías de esos rubros tenían su casa matriz-, para analizar qué empresas tenían mayor crecimiento y requerían de mayor fuerza laboral. Al detectar aquellas que necesitaban expandirse, nos acercamos y les propusimos: ¿Por qué no se expanden en Irlanda?".

Confianza y modelo económico de consenso

"Lo esencial es tener un entorno predecible que logre generar confianza en los inversionistas de que su dinero está seguro. En otras palabras, hay que competir con las facilidades que tengan las empresas en sus respectivos países de origen para acceder a la banca, contratar y despedir a sus trabajadores según lo necesiten, abrir y cerrar un negocio (...) Hay que tener una política de impuestos estable, y de bajos niveles; una fuerza laboral educada; y contar con medidas eficientes para detener la corrupción financiera. Se debe propiciar una simplificación de los procesos administrativos. En Irlanda tenemos todas estas características".

"Otro aspecto relevante es la herencia que nos dejaron los británicos con un fuerte y moderno sistema judicial que data desde el siglo XIX y un aparato público independiente, sin afiliación política. Otro dato a tomar en cuenta es que en Irlanda no existen grandes diferencias entre los partidos políticos sobre el modelo económico, como ocurre en otros países como Chile. Esto, sin duda, ayuda".

Asegurar que lleguen capitales extranjeros

"Al abrir la economía a los inversionistas extranjeros es posible diseñar un marco adecuado y seguro que sea rentable para ambas partes. Pero lo primero que hay que pensar es qué pasaría si no vienen estos capitales, por lo que el paso uno es preocuparse de que lleguen y después crear las condiciones que aseguren beneficios para el país. Por ejemplo, si no llega la inversión minera, las riquezas seguirán en la tierra, lo que no genera beneficio para nadie. Por lo tanto, es necesario estudiar detalladamente el tipo de compañía y la clase de proyecto que se ejecutará".

"En el caso irlandés se hicieron acuerdos con las empresas en que se estableció que al no desarrollar el proyecto comprometido, debían devolver el beneficio impositivo entregado. Lo mismo ocurría en el caso de que decidieran irse antes de los cinco años".

"Uno de los aspectos más atractivos para los inversionistas fue la política de impuestos de 20% sobre los beneficios y que se paga cuando comienzan a generarse las ganancias".

"Efectivamente se pueden hacer acuerdos en que ellos deban responder por el dinero que se les entrega (a través de una exención de impuestos), pero también hay que hacer el siguiente ejercicio. Por ejemplo, si se entregan terrenos para construir una fábrica y luego de haberla levantado el inversionista se va, el edificio seguirá ahí. Entonces, lo más probable que ocurra es que llegue otro inversionista (local o extranjero) que desarrolle su negocio en dicho lugar. En Irlanda tenemos algunos casos similares donde al final se crearon negocios diferentes a los originales y con otros empresarios porque lo que más nos importa es que la actividad económica siga ahí".

Énfasis en la educación

"La base del éxito es la educación, por lo que existe una gran inversión en esa área. Una de las partes más importantes en el desarrollo de un negocio es la fuerza laboral. Por ello, en los '70 se invirtió con énfasis en la educación técnica. De hecho, proliferaron muchas universidades de ese tipo. También se aplicaron medidas como la educación obligatoria para niños entre 6 y 15 años y desde el siglo XIX se adoptó el inglés como primera lengua (además del irlandés). Otro punto, no menor, es que existe un buen sistema de remuneración para los profesores y se incentiva el uso de tecnologías".

"Gracias a todo esto, el 35% de los irlandeses entre 25 y 35 años tiene educación universitaria (porcentaje por encima del promedio de la Unión Europea, que alcanza el 23%) y cuentan con un alto grado de conocimiento tecnológico".

Disciplina fiscal

"En 1973 nos unimos a la Unión Europea, lo que fue muy beneficioso para Irlanda por dos razones: nos abrimos a uno de los mercados más grandes del mundo, con acceso a fondos de capitales europeos, que desde ese año sumaron 10.000 euros por irlandés. Y la segunda razón es que las reglas impuestas para llegar a lo que se conoce como Eurozona forzaron a las empresas irlandesas a competir y a que el gobierno mantuviera una disciplina presupuestaria. Disciplina que se siguió incentivando con la firma del Tratado de Maastricht (1992) que exigía para ser miembro rangos de deuda fiscal relacionados con el crecimiento del país. Esto limitó la capacidad de Irlanda para emitir deuda".  

Un gran pacto social (La Paz Industrial de Irlanda)

"Después de 1987 el país se encontraba en una situación bastante complicada: endeudado y con altas tasas de interés. Para sortear esta crisis hubo que trabajar por una cooperación entre los distintos actores sociales: gobierno, empresas y sindicatos de trabajadores. Bajo el nombre de Programa para la Recuperación Nacional se estableció una mesa de trabajo tripartita, en la que se acordaron determinadas medidas, como disminuir los aumentos salariales a cambio de que las empresas mejoraran los beneficios sociales para sus empleados. Como contraparte, el gobierno se comprometió a rebajar los impuestos a los trabajadores. Esto se mantiene hasta hoy y los conflictos laborales en Irlanda son muy escasos".

Que fluyan las arterias de la economía

"La forma de compartir el crecimiento es teniendo la menor cantidad de bloqueos en las arterias de la economía. La economía de un país es como un cuerpo humano en que fluye la sangre. Si están tapadas hay que lograr que sea más fácil generar empleos, despedir trabajadores (si se necesita), crear negocios y también quebrar sin sanción social (si es necesario) y capacitar empleados. Una forma de lograr esto, la mejor, es a través de una política social enfocada a la educación. Con esto se desarrollan las habilidades de las personas y así se les da la oportunidad de participar en la economía. Otra manera, es generando las condiciones para el emprendimiento de negocios impulsados por inversionistas locales. La llegada de estas multinacionales impulsó otros desarrollos de servicios que a su vez produjeron mayor empleo".


 

El florecer de Irlanda

En los '90

Ingreso per cápita US$ 12.390; PIB crece 6,6% anual; Déficit presupuestario convertido en superávit; Desempleo cae de 16% a 4,3%; 9% de las exportaciones está dirigido a Estados Unidos.

En 2007

Ingreso per cápita US$ 43.600 (2006); Producto Nacional Bruto crece 7%; Índice de exportación de empresas de origen nacional excede a las multinacionales; Tiene el 2,2% de todos los servicios de exportación en el mundo, con sólo el 0,3% de la población mundial; 19% de las exportaciones está dirigido a Estados Unidos.


 

Conclusiones:

La fórmula es relativamente sencilla. El problema, como reiteramos desde ClusterNet está en las "almas", en el "Espíritu". En la capacidad humana de aceptar nuevas ideas y de incorporar cambios sustanciales en la manera de actuar. Eso es lo difícil. Veamos la anécdota del Ministro de Comercio Exterior (mientras se desempeñaba en la Agencia de Exportaciones).

Luis Plata, a la sazón "enamorado" del modelo irlandés, recuerda su dolorosa experiencia en su intento de contextualizar el modelo en su país natal:

"Empezamos yendo a Irlanda hace muchos años", dice, "porque veíamos a los países en el mundo que han sido exitosos al atraer inversión extranjera directa. Lo que encontramos fue que Irlanda redujo su tasa fiscal corporativa de 40% a 12,5%" y como resultado "empezaron a atraer inversión, había reducido la evasión tributaria e incrementado la recaudación fiscal. Regresamos a Colombia y dijimos 'por qué no reducimos [nuestra tasa fiscal corporativa] de 38% a 12,5%'". Ese no fue un punto de vista popular entre las autoridades tributarias colombianas. "Me echaron de sus oficinas",


 

Finalmente, La motivación de utilizar a Irlanda nace de tres elementos que consideramos sumamente importantes y alineados con los DESAFÍOS a los que se enfrenta la República Dominicana:

  1. En su discurso del 1er Congreso de la Industria Dominicana el presidente Leonel Fernández ya esbozaba que su sueño de desarrollo era que: "República Dominicana podría convertirse en la Irlanda del Caribe". Un sueño que compartimos al interior de ClusterNet y, lo hacemos, porque entendemos que es tarea de todos perseguirlo.
  2. La situación de Irlanda, en las décadas precedentes al "milagro" (antes de 1990), podría decirse que se asemejaba en, sustancialmente, a la nuestra, si omitimos el contexto geopolítico favorable, la recepción de fondos de la UE y el impacto de la primera generación de migrantes a los EUA. Durante la década de los ochenta, Irlanda se encontraba en una aguda recesión, la deuda externa llegaba al 120% de su Producto Bruto Interno, la inflación era de un 20%, el déficit presupuestario era de -1,40 (en miles de millones de libras irlandesas) y el desempleo rondaba en cifras oficiales el 16 y 18 % sin contabilizar las cifras de emigración por desempleo. El País ya había intentado modelos proteccionistas, elevar la presión tributaria, financiamiento y subsidios estatales (todos fallidos).
  3. En tercer lugar y, no menos importante, fue la vocación de la propuesta de un Liderazgo, el capital social de sus actores y el consenso resultante los factores que, efectivamente, determinaron el vuelco hacia un desarrollo acelerado.

Se requiere valentía, intención, calidad humana, líderes visionarios, capacidad de
ceder (aunque hayamos perdido una contienda) y privilegiar, muy adentro, desde el alma, un espíritu de actuación conjunta que construya y cierre el ancho déficit de Capital Social que nos aqueja.

¿Tendremos los dominicanos el mismo coraje del pueblo Irlandés: Sacrificaremos posturas arraigadas, impuestos y ganancias a corto plazo en pos de un futuro mejor para todos?

¡Si la respuesta conjunta de los ACTORES PRIMARIOS (Empresarios, Sindicalistas, Gobierno, Sociedad Civil) es SI: Entonces contextualicemos el modelo y viajemos por las avenidas del desarrollo sostenible!


 

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